Day: 26 septiembre, 2014

Feminismo del Siglo XXI

J. Jesús Reyes R. del Cueto

Definitivamente no soy un experto para hablar del tema, pero sin duda me declaro feminista: apoyo la igualdad total y completa de oportunidades y condiciones entre los géneros. Para muchos esta palabra, feminismo, se ha convertido en el apoyo incondicional del sexo femenino por encima del masculino, el empoderamiento de las mujeres en contra de los hombres o incluso la degradación del género al que pertenezco; nada podría estar más separado de la realidad. Esto no es el feminismo.

Cuando hace unos días vi, en mis páginas de redes sociales, como un discurso de Emma Watson (la actriz británica con un papel central en la serie de películas de Harry Potter) había causado sensación por su contenido, pensé que era simplemente por su fama como actriz y no verdaderamente porque fuera un discurso espectacular. Al ver que en realidad eran demasiados contactos los que lo estaban compartiendo, y algunos criticándolo, decidí echarle un vistazo. En el discurso la actriz presenta la nueva campaña #HeforShe (ElporElla) de la ONU Mujeres. Al verlo, lo que me encontré fue una inteligente joven, hablando profunda y sentimentalmente acerca de un tema importantísimo de nuestro tiempo; me conmovió de una manera importante y me impulso a escribir del tema.

El discurso se enfoca principalmente en incluir a los hombres dentro de esta lucha por la igualdad. En convencernos de que esta debe de ser también nuestra lucha. No solamente porque es lo moralmente correcto ya que tanto hombres y mujeres somos seres humanos con los mismos derechos y obligaciones, sino también porque la desigualdad también nos afecta a nosotros. Nos encasilla dentro de ciertos roles y características bajo las cuales muchos hombres pueden no ser completamente libres de ser verdaderamente quienes somos. Watson hace una invitación formal a la mitad de la población (aquellos que se identifican como masculinos) a unirse en esta lucha porque también es un asunto nuestro y los estereotipos basados en genero también nos lastiman a nosotros.

La actriz británica ha sido criticada por estas palabras, principalmente por grupos «feministas» radicales que insisten en que los hombres (como grupo) no participaremos en la lucha para lograr la igualdad de género porque la desigualdad nos beneficia directamente. Esto es cierto en el caso de muchos hombres, tal vez la mayoría. Pero no de todos. Los humanos no simplemente actuamos a favor de cosas que nos beneficiarán y en contra de las que no; hay millonarios que impulsan reformas fiscales para que ellos paguen más impuestos para ayudar a los más necesitados y en la pelea contra el racismo hubo y sigue habiendo muchos blancos y europeos que veían al racismo como un mal que necesitaba ser erradicado. Se les olvida a estas «feministas» que hay personas que queremos un cambio, la igualdad. Aún cuando esa igualdad nos deje sin ninguna ventaja en donde pararnos. Y la queremos porque sabemos que es lo necesario y lo ético.

Es precisamente por este «feminismo» alienador, aislador y recalcitrante, que la palabra «feminismo» se ha convertido en una tan incómoda o tan negativa. Pero hay que recobrar su significado original, aquel que Watson tan elocuentemente pronunció hace unos días: «El feminismo, por definición, es la creencia que hombres y mujeres deben de contar con los mismos derechos y las mismas oportunidades. Es la teoría de la igualdad política, económica y social entre los sexos.» Eso y nada más. Por eso, sin duda me declaro feminista.

A continuación les comparto la traducción del discurso:

Sus excelencias, Secretario General de la ONU, Presidente de la Asamblea General, Director Ejecutivo de ONU Mujeres y distinguidos invitados, es un honor para mí estar aquí el día de hoy.

Hoy estamos lanzando una campaña llamada «HeforShe» (ElporElla). Estoy tratando de involucrarlos en esto porque necesito su ayuda. Queremos ponerle fin a la desigualdad entre los géneros – y para hacer eso necesitamos que todos participen. Esta es la primera campaña en su tipo en la ONU: queremos tratar de incitar a la acción a tantos hombres y niños como sea posible para que ellos también sean defensores del cambio. Y no solo queremos hablar de esto, sino también asegurarnos de que sea tangible.

Fui nombrada como embajadora de buena voluntad para la ONU Mujeres hace 6 meses, y entre más hablo de feminismo más me he dado cuenta que pelear por los derechos de las mujeres, demasiado seguido, se ha convertido en sinónimo con odio hacia los hombres. Si hay una cosa que doy por hecho, es que esto tiene que terminar.

Que quede claro que el feminismo, por definición, es: «La creencia que hombres y mujeres deben de disfrutar de los mismos derechos y oportunidades. Es la teoría de la igualdad económica, política y social de los sexos».

Yo comencé a cuestionarme las suposiciones basadas en género hace ya mucho tiempo. Cuando tenía 8 años y me decían «mandona» por querer dirigir las obras de teatro que entablábamos para nuestros padres – pero los niños que querían hacer lo mismo no eran llamados de la misma manera. Cuando tenía 14 años y comencé a ser sexualizada por algunos elementos de la prensa. Cuando tenía 15 años y mis amigas comenzaron a dejar sus queridos equipos deportivos por miedo de que se hicieran «musculosas». Cuando tenía 18 años y mis amigos no eran capaces de expresar sus sentimientos. Decidí que yo era feminista y esto me pareció simple. Pero mi investigación reciente me ha enseñado que feminismo se ha convertido en una palabra poco popular. Mujeres están decidiendo no identificarse como feministas. Al parecer yo estoy entre los rangos de mujeres cuyas expresiones son vistas como demasiado fuertes, demasiado agresivas, aislantes, anti-hombres y poco atractivas. ¿Por qué esta palabra se ha convertido en una palabra incomoda?

Soy de Gran Bretaña y pienso que es correcto que como mujer se me pague lo mismo que a mis colegas hombres. Creo que es correcto que pueda tomar mis propias decisiones sobre mi propio cuerpo. Creo que es correcto que mujeres estén involucradas en mi nombre en las políticas y toma de decisiones que afectan mi vida. Creo que es correcto que socialmente se me ofrezca el mismo respeto que se les ofrece a los hombres. Pero tristemente puedo decir que no hay ni un solo país en el mundo donde todas las mujeres pueden esperar recibir todos estos derechos. Ningún país en el mundo puede aún decir que ha logrado la igualdad completa de género.

Estos derechos yo los considero como derechos humanos, pero yo soy de las afortunadas. Mi vida es un auténtico privilegio porque mis padres no me amaron menos porque nací como una hija y no un hijo. Mi escuela no me limitó porque fuera niña. Mis mentores no asumieron que llegaría menos lejos en la vida porque podría, algún día, concebir a un hijo. Estas personas que me influenciaron son los embajadores por la igualdad de género que me hicieron ser quien yo soy el día de hoy. Puede ser que no lo sepan, pero ellos son los feministas involuntarios que están cambiando el mundo hoy día. Necesitamos más personas como ellos. Y si todavía odias la palabra – recuerda que no es la palabra lo que importa sino la idea y la ambición que esta tiene detrás. Porque no todas las mujeres han sido permitidas a tener los mismos derechos que yo tengo. De hecho, estadísticamente, muy pocas los han tenido.

En 1997, Hillary Clinton pronunció un famoso discurso en Beijing acerca de los derechos de las mujeres. Tristemente, muchas de las cosas que ella quiso cambiar son todavía una realidad el día de hoy. Pero lo que me impactó más a mi, es que menos del 30% de la audiencia, de aquellas personas escuchándola, eran hombres. ¿Cómo podemos impulsar el cambio en el mundo cuando solamente la mitad de la población está invitada o se siente bienvenida a participar en la conversación?

Hombres – quisiera tomar esta oportunidad para hacerles una invitación formal. La igualdad de género también es su asunto. Porque a la fecha, he visto el papel de mi papá como padre valorado menos por la sociedad a pesar de que necesito su presencia como hija tanto como la de mi madre. He visto a un joven masculino sufrir de enfermedades mentales y ser incapaz de pedir ayuda por miedo de que lo haría menos «hombre» – de hecho, en el Reino Unido el suicidio es el asesino más grande de hombres entre 20 y 49 años; eclipsando a los accidentes automovilísticos, el cáncer y las enfermedades coronarias. He visto a hombres convertirse en frágiles e inseguros por un sentido distorsionado de lo que constituye éxito masculino. Los hombres tampoco tienen los beneficios de la igualdad.

No hablamos frecuentemente de hombres aprisionados por estereotipos de género pero puedo ver claramente que lo son y que cuando sean libres, las cosas cambiarán para nosotros las mujeres como una consecuencia natural. Si los hombres no tuvieran que ser agresivos para ser aceptados, las mujeres no se sentirían obligadas a ser sumisas. Si los hombres no tuvieran que controlar, las mujeres no tendrían que ser controladas. Tanto hombres como mujeres deben de sentirse libres para ser tan sensibles como quieran. Tanto hombres como mujeres deben de sentirse libres para ser fuertes… Ya es momento de que comencemos a percibir al género en un espectro en vez de dos colecciones de ideales opuestas. Si dejamos de definirnos los unos a los otros por lo que no somos y en vez comenzamos a definirnos por lo que simplemente somos – todos podremos ser más libres esto es de lo que se trata HeforShe (ElporElla). Se trata de libertad.

Quiero que los hombres tomen esta carga. Para que sus hijas, hermanas y madres puedan ser libres del prejuicio pero también para que sus hijos tengan el permiso también de ser vulnerables y humanos – y reclamen esas partes de ellos que abandonaron y al hacerlo sean una versión más honesta y completa de ellos mismos.

Ahora mismo, ustedes pueden estar pensando ¿Quién es esta niña de Harry Potter? y ¿Qué está diciendo y haciendo en la ONU? Es una buena pregunta y yo me he estado preguntando lo mismo. No sé si soy la persona correcta para estar hablando y diciendo estas palabras. Lo único que se, es que este problema me importa. Y quiero ayudar a resolverlo. Y habiendo visto lo que he visto – y dada la posibilidad – siento que es mi responsabilidad decir algo al respecto. El estadista inglés Edmund Burke dijo: «Todo lo que se necesita para que las fuerzas del mal triunfen es que suficientes hombres y mujeres buenos no hagan nada».

En mi nerviosismo por este discurso y en mis momentos de duda me he dicho firmemente a mi misma – si no yo, ¿quién? si no ahora ¿cuándo? Si tú tienes dudas similares cuando las oportunidades se te presentan a ti espero que estas palabras te ayuden. Porque la realidad es que si no hacemos nada entonces tendrán que pasar 75 años, o que yo tenga casi 100 años, para que las mujeres puedan esperar ser pagadas lo mismo que los hombres por el mismo trabajo. 15.5 millones de mujeres se casarán en los próximos 16 años como niñas. Y, con las tasas actuales no será hasta el 2086 que todas las niñas que viven en zonas rurales de África recibirán educación secundaria.

Si tu crees en la igualdad, tal vez eres uno de esos feministas involuntarios de los que hablé antes. Y por eso te aplaudo. Estamos en apuros buscando una palabra que nos una pero la buena noticia es que tenemos un movimiento que nos une. Se llama HeforShe (ElporElla). Los estoy invitando a que den un paso hacia el frente, a que sean vistos, a que den su opinión, a que sean el él por ella – y que se pregunten, si no yo, ¿quién? si no ahora ¿cuándo?

Muchas gracias.